Descripción
Se consigue mediante un proceso de deshidratación por medio de los átomos. Con ello se logra extraer el agua de la leche convirtiéndola en un producto seco.
Su origen data del siglo XIX y actualmente se puede utilizar en las elaboraciones donde necesitemos el sabor de la leche pero precisemos que no sea en masas muy líquidas.
Sobre todo se utiliza en recetas que necesitan ser horneadas.